De robado a sintético: La evolución del fraude de identidad y la necesidad de una verificación de identidad resistente
El fraude sintético de identidad (SIF, por sus siglas en inglés), considerado el delito financiero de más rápido crecimiento en Estados Unidos, ha superado en número y complejidad a la usurpación de identidad. Además de defraudar a instituciones financieras y programas del sector público, el SIF tiene ramificaciones sociales más amplias. Facilita el blanqueo de dinero, el tráfico de seres humanos y de drogas y la financiación del terrorismo.
Para crear identidades sintéticas, los delincuentes combinan información de identificación personal (IPI) robada e inventada, como nombres, números de la seguridad social y direcciones de correo electrónico, para fabricar una persona o entidad con fines lucrativos ilícitos.
El SIF elude los modelos de detección tradicionales, por lo que resulta difícil combatirlo. Por lo tanto, se necesita una verificación de identidad resistente en el punto de incorporación para prevenir la SIF antes de que pueda causar daños.
Este informe examina las técnicas utilizadas por los estafadores para desarrollar identidades sintéticas e ilustra por qué la verificación facial biométrica que incorpora la vitalidad es clave para prevenir el fraude de identidad sintética antes de que se infiltre en su organización.
Lea el informe para descubrirlo:
- ¿Qué está impulsando el aumento del fraude de identidad sintética?
- Cómo afecta el SIF a las organizaciones: pérdidas monetarias y de reputación, multas cuantiosas y escrutinio mediático.
- Por qué los modelos tradicionales de detección del fraude no consiguen frenar el SIF
- Cómo aprovechan los defraudadores la IA generativa para hacer que los productos sintéticos parezcan más reales y cómo eluden los procesos y métodos de seguridad tradicionales.
- Por qué la verificación biométrica del rostro en el momento del embarque es la única forma de evitar el SIF